Estamos más enamorados del deseo que del objeto deseado. Buscamos la búsqueda. He ahí el laberinto sin salida. En el que se respira el gas del sueño. Que nos baña en intensidad y en disconformidad. Que da lugar a la autosuperacion... ¿o sera a la ambición? Ambición de poder... de conocimiento, de alcanzar cualquier horizonte en el que proyectemos la felicidad. Solo son excusas para dormir. ¿Será que solo se encuentra al dejar de buscar? Esperar sin codiciar, dejarse encontrar por la salida del laberinto, invertir los roles para gobernar el juego. Lucas Blanco.

viernes, 22 de julio de 2011

ANUHCTAL

-¡Anuhctal esta aqui!- dijo.

Yo imaginaba el bramido tan atronante, tan avasallador, que nada más importaba. Cuando amainó, percibí un aumento súbito en el volumen del agua. El arroyo, que un minuto antes había tenido una anchura de menos de treinta centímetros, se expandió hasta ser un lago enorme. Luz que parecía venir de encima de él tocaba la superficie como brillando a través de follaje espeso. De tiempo en tiempo el agua cintilaba un segundo: dorada y negra. Luego quedaba oscura, sin luz, casi fuera de vista y sin embargo extrañamente presente.

Fragmento de "Las Enseñanzas de Don Juan"
Carlos Casteñeda.

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